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24 sep 2021
Tras el éxito de la plataforma que puso en marcha en 2018 en BiMEP, Biscay Marine Energy Platform, el centro de investigación y desarrollo tecnológico TECNALIA ha desarrollado una nueva versión del laboratorio HarshLab, de mayor tamaño y único en Europa, que dispone de mejores prestaciones y capacidades: podrá ensayar equipos en funcionamiento a bordo, gracias a su conexión eléctrica y de datos, y bajar muestras al fondo marino. Todo ello comenzó a forjarse a finales de 2015 con la idea del proyecto Hazitek HARSH en preparación.
El mar es una fuente inagotable de energía y otros recursos, pero acceder a estos en un entorno tan complejo, como lo es el medio marino, supone un gran reto para las empresas. Desde 2018, las empresas vascas han podido disponer de un laboratorio para ensayar materiales y soluciones en un entorno offshore real, desarrollado por el centro de investigación y desarrollo tecnológico TECNALIA con el impulso del Gobierno Vasco y el apoyo del Clúster de Energía del País Vasco.
Tras el éxito de este laboratorio offshore, denominado HarshLab y ubicado en BiMEP, Biscay Marine Energy Platform, el centro de investigación y desarrollo tecnológico ha desarrollado un nuevo laboratorio, único en Europa, de mayor tamaño y conectado, con mejores prestaciones y capacidades para acometer nuevos ensayos y actividades de I+D para dar respuesta a las necesidades de las industrias offshore y mejorar su competitividad. Permitirá, por ejemplo, ensayar equipos en funcionamiento a bordo y bajar muestras al fondo marino.
El 22 de septiembre, se presentó este nuevo HarshLab en el Puerto de Bilbao en un acto que contó con la presencia de la Consejera de Desarrollo Económico, Sostenibilidad y Medio Ambiente del Gobierno Vasco, Arantxa Tapia, el Presidente de TECNALIA, Alex Belaustegui, el CEO de TECNALIA, Jesús Valero, el director general del Ente Vasco de la Energía, Iñigo Ansola, el Director del Cluster de la Energía, José Ignacio Hormaeche, y el Presidente de la Autoridad Portuaria de Bilbao, Ricardo Barkala.
Un laboratorio conectado
La primera versión de HarshLab se desarrolló como resultado del proyecto HARSH, donde colaboraron las empresas y agentes de la RVCTI Erreka, Credeblug, Ditrel, Glual, Hine Renovables, Navacel, Nem Solutions, Sasyma, Tubacex, Grupo Vicinay, Foro Marítimo Vasco, Tecnalia, Ikerlan y el Cluster de Energía. El proyecto inició su andadura en el año 2016 con el objetivo de dar solución a los retos surgidos entre las distintas empresas vascas a causa de la “marinización” de sus líneas de negocio energéticas hacia entornos offshore. Durante su desarrollo hasta el año 2019, las empresas participantes realizaron avances relevantes en la mejora del diseño y la resistencia de los materiales para entornos marinos, en la optimización de los sistemas de O&M y en la mejora de sus procesos de fabricación.
El lanzamiento del primer HarshLab en 2018 supuso un avance definitivo para la industria offshore en Europa y desde entonces, ha dado servicio a más de 20 empresas ensayándose más de 500 probetas y muestras relacionadas con nuevos materiales y soluciones contra la corrosión, el envejecimiento o el fouling en el medio marino (el fenómeno mediante el cual se adhiere y acumula material sólido a los elementos sumergidos o en contacto con agua de mar: algas, mejillones, lapas, entre otros).
Al igual que su predecesor, esta nueva versión, que será botado en las próximas semanas, permitirá realizar ensayos y pruebas de nuevos materiales y desarrollos destinados a la industria offshore, en un entorno real y en condiciones controladas. Como novedades contará con conexión a la red eléctrica y de comunicaciones gracias a un cable dinámico que le conectará con la red submarina de BiMEP, lo que permitirá la recogida de datos y su posterior análisis. Esta conexión le otorga al HarshLab la posibilidad de ensayar equipos en funcionamiento a bordo y facilitar el manejo de cargas a través de diversos sistemas embarcados: grúa hidráulica, pescante exterior y polipastos interiores.
El nuevo laboratorio tiene unas dimensiones de 8,5 metros de diámetro por 7 metros de altura, lo que le da una mayor capacidad de ensayo. Por otro lado, gracias a las características renovadas de esta nueva versión, se podrán realizar también ensayos de elementos de fondeo, o en el propio fondo marino, hasta 65 metros de profundidad. Asimismo cuenta con una estación meteorológica propia; y un ROV (Remotely Operated Vehicle) submarino para realizar inspecciones de forma remota.
En definitiva, este laboratorio permitirá evaluar qué ocurre a los materiales, componentes y equipos cuando están sumergidos, en la zona atmosférica (por encima del agua), en lo que se conoce como la zona de splash (donde rompe la ola) y en el fondo marino. Hasta ahora esta información se obtenía de ensayos de laboratorio, pero los resultados no siempre son extrapolables a lo que sucede realmente cuando están en el mar. De esta forma, las empresas pueden predecir de modo fiable cómo van a comportarse los distintos sistemas a utilizar en un entorno marino, para la investigación y desarrollo de nuevas soluciones y tecnologías destinadas a la industria offshore, lo que repercute en su seguridad y alarga su ciclo de vida.
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