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27 dic 2023
Iñigo Ansola, director general del Ente Vasco de la Energía en una entrevista concedida a Crónica Vasca el 17 de diciembre, explica el contexto energético vasco y advierte de la necesidad de acelerar la transición energética para frenar el cambio climático desde Euskadi.
Tras la finalización de la COP28, Iñigo Ansola reafirma el compromiso de Euskadi por la sostenibilidad y su lucha contra el cambio climático. Por esta razón, el director del Ente Vasco de la Energía (EVE) repasa la posición de la entidad en la transición energética y la concienciación ciudadana desde sus inicios. Además, indica que la aceleración de las energías renovables en suelo vasco es imprescindible para cumplir con los objetivos de 2030. Por último, comenta el presente y futuro del hidrógeno verde en el territorio y la situación del gas natural como energía de respaldo en Euskadi.
- El EVE tiene una trayectoria que supera ya los 40 años de vida desde s creación en 1982 por el Gobierno vasco. Es curioso porque entre sus objetivos de entonces ya se hablaba de fomentar los recursos energéticos renovables…
- Sí. Y ahora que se está hablando tanto de la transición energética en la COP28, que acaba de terminar, en realidad es algo que llevamos hablándolo durante 41 años ya, lo que nos lleva a pensar que la transición energética no se hace de la noche a la mañana.
Hay que tener en cuenta, en esos momentos de constitución del EVE, la coyuntura era complicada porque había una crisis energética y una altísima dependencia sobre los derivados del petróleo y del carbón. El barril de petróleo, de repente, pasó de costar 3 dólares a más de 30 dólares, lo cual, en todo lo que es el tejido productivo, tuvo una incidencia directa bestial, porque las empresas dejaron de ser competitivas. Fue entonces cuando se creó el EVE, bajo tres premisas importante.
Por una parte, había que luchar por conseguir ser cada vez más eficientes; por otra, por diversificar el mix energético y no tener tanta dependencia de los derivados del petróleo y del carbón. Y, en tercer lugar, ver la transición como una oportunidad. Una oportunidad para innovar, desarrollar tecnologías y crear economía.
- ¿Y de qué forma ha avanzado Euskadi en la generación y utilización de la energía verde en las últimas décadas?
- Euskadi no ha tenido hasta la fecha mucha energía renovable instalada, pero sin embargo, está contribuyendo a nivel mundial a que esa transición energética se dé en todo el mundo, tanto en el sector de oil and gas y ni qué decir tiene en el sector eólico y también en el fotovoltaico. Y eso es posible porque tenemos una cadena de valor muy desarrollada en energías renovables, que está exportando esa tecnología por todo el mundo.
- La estrategia energética para 2030 pretende reducir los derivados del petróleo a un 35%, mantener el carbón en un 1% residual, reducir la demanda eléctrica al 14% y aumentar, por un lado, el gas natural al 42% y alcanzar con las renovables el 15%. ¿Vamos por el buen camino?
- En cuanto al mix energético, vemos que mientras que en 1982 la dependencia de los derivados del petróleo era del 62%, a día de hoy es del 42,8% en 2021. Y en renovables, en este momento estamos cerca del 17%, si bien un 10% es de generación propia y el 7% restante es importada. Y de entre las renovables, un 67,7% procede de la biomasa, un 18,2% de los biocombustibles, un 4,8% de energía eólica y aerotermia y un 4,9% de energía solar y geotermia. En eólica, a día de hoy, tenemos 153 megavatios instalados y en fotovoltaica alrededor de los 110 megavatios, pero están incrementándose gracias al autoconsumo y a la construcción de nuevos parques.
- Si miramos a Navarra vemos que nos sacan mucha ventaja…
- Sí. Nos adelantan en energías renovables, de las que un 36% es energía eólica y sólo un 4% fotovoltaica. Además, en su mix energético mantienen el gas natural en un 43%, pero hay que tener en cuenta que reduce las emisiones un 50% en comparación con el carbón o un 30% con respecto a los derivados del petróleo.
- El Plan Territorial Sectorial (PTS) de Energías Renovables elaborado desde el Gobierno vasco ha señalado los puntos más adecuados para establecer instalaciones solares y eólicas, ya que tal y como ha señalado la Consejera de Medio Ambiente, Arantxa Tapia, “Euskadi necesita todo tipo de instalaciones de energía renovable”. Sin embargo, se ha encontrado con más de 4.000 alegaciones. ¿Es un mal plan?
- Antes de nada, debemos tener claro que el PTS de renovables es una herramienta urbanística. No es más. Es decir, el PTS no nos impide seguir promoviendo este tipo de proyectos. Sin embargo, hay que tramitar planes especiales urbanísticos, lo cual conlleva un procedimiento muy largo. Y el PTS viene a agilizar el proceso y facilitar la tramitación administrativa de nuevos parques renovables.
- ¿Y qué hay de esa oposición ciudana?
- Bueno, oposición no son alegaciones, las alegaciones quiero entender que son para mejorar ese PTS, pues habrá alegaciones que no sean una enmienda a la totalidad. En la esfera política, se ha entendido que es una herramienta necesaria. Y el EVE, como organismo colaborador, damos el mensaje de que las energías renovables tienen impacto sobre el medio. Las placas fotovoltaicas y los molinos eólicos necesitan grandes superficies, porque por desgracia, no solamente con proyectos de autoconsumo podemos abastecer toda la necesidad de energía que tenemos. Y debe ser en zonas con sol o con viento, y esto último significa en montañas o en el mar.
- ¿Qué pasará entonces con los montes del territorio? ¿Están en peligro?
- Pues yo que soy mendizale, me encanta que el monte esté virgen, muy naturalizado y sin ningún impacto. Dicho esto, la implantación de energías renovables, como decía, tiene un impacto, sí, pero el impacto de no hacer nada es mayor. Lo sabemos, y en eso hay un consenso general, que tenemos que luchar contra el cambio climático y reducir drásticamente las emisiones sobre el medio y estas tecnologías nos van a ayudar a ello.
Pero existe el efecto denominado ‘not in my yard’ (“no en mi patio trasero”). Es decir, si me toca a mí ya no me hace tanta gracia… pero tenemos que ser muy conscientes de esta necesidad. Por eso, una de las labores del EVE es la concienciación social. Por un lado, con respecto al cambio climático, y, por otra parte, también muy importante, cuantas más energías renovables tengamos, menos vamos a tener que pagar en nuestra factura energética.
Nada tiene que ver la generación eléctrica a través de un parque fotovoltaico o eólico con la generación eléctrica a través de un ciclo combinado con gas, que, además de tener emisiones, más caro va a ser porque dependeremos del precio de ese gas natural que nosotros no producimos y que nos viene del extranjero, por lo que tendremos que pagar el precio del mercado, que en los últimos años está siendo muy alto.
- Hablando de esa cara B de las energías renovables se acaba de visibilizar de nuevo con la aprobación de los trazados propuestos por la empresa Forestalia para evacuar su energía eléctrica en muy alta tensión, a 400 kV, procedente de sus parques eólicos y fotovoltaicos en Zaragoza, en diversos territorios, entre ellos Euskadi.
- Yo aquí sí que trasladaría una reflexión, que es que evidentemente las energías renovables deberían estar lo más cerca posible del punto de consumo. Eso, como primera premisa, lo cual no quiere decir que tenga que ser así, porque yo puedo tener una planta generadora en Extremadura y ser consumidor aquí porque la red eléctrica es única, por lo tanto, esa circunstancia se puede dar y es bueno que exista esa posibilidad. Pero, la segunda reflexión sería si realmente vamos hacia un mix energético cada vez más electrificado hay que hacer una apuesta muy importante en la red de transporte y distribución.
Porque por cada euro que se está invirtiendo en renovables, se está invirtiendo sólo 0,3 euros en redes, lo cual nos está dando una señal de que hay que invertir más en redes para que proyectos como los de Forestalia no tengan ni siquiera la mínima idea de pensar en tener que invertir en redes. Es decir, si tenemos una red de transporte adecuada, solvente, con capacidad suficiente para que pueda albergar toda la energía generada cerca de donde está esa red, nadie estaría pensando en tener que hacer redes propias.
Es lo que pasa aforestalia qué es lo que le pasa, que tiene unos proyectos muy importantes tanto en el sector fotovoltaico como en el eólico, pero no tiene punto de evacuación cerca de donde está promoviendo esos parques.
- ¿Considera mejor entonces que no sea Forestalia quien invierta su dinero privado para construir esa red? Uno de los condicionantes puestos por el MITECO para su aprobación es que debe compartirla con Red Eléctrica.
- Estamos hablando de grandes inversiones con su correspondiente impacto. Y habiendo una red eléctrica, con un componente público, cuya principal función es la de transportar electricidad, así a priori es una pena que alguien tenga que estar pensando en hacer tendidos de 250 kilómetros, con el impacto correspondiente que eso conlleva, para la evacuación de esta energía.
- Ha habido alegaciones por parte de las instituciones vascas, que han mostrado su rechazo a estas líneas.
- Sí, claro, desde el Gobierno vasco y desde la Diputación eso no se ha visto razonable, que un parque tenga un tendido y que vierta a 300 kilómetros del punto de generación, con el impacto ambiental que se produce y las pérdidas correspondientes de electricidad que se producen por el camino. Entonces abogamos porque estos puntos de evacuación estén ocupados por parques que se promuevan cerca de aquí.
- Sin embargo, ¿cuál es su opinión con respecto al proyecto de la interconexión eléctrica entre Francia y España, que afectará también a Euskadi, concretamente a Gatika, Maruri-Jatabe y Lemoiz?
- Desde luego, apoyo al cien por cien ese proyecto porque si realmente creemos en Europa, necesitamos un mercado europeo energético único. Eso haría que en Europa tuviéramos precios muchísimo más competitivos, porque tiraríamos de todo el mix energético europeo y ya no estaríamos hablando de mixes locales o estatales.
En este momento, tenemos que tener en cuenta que Francia sí está conectada con Europa y que, en cambio, la interconexión entre Francia y la península es solamente del 3%, o sea, que proyectos como éste nos van a ayudar a que cada vez podamos exportar o importar más electricidad entre países.
- ¿Pero no es un contrasentido que abogue por evacuar la energía cerca de donde se produce, pero en cambio defienda esta red de muy larga distancia en la que además de su alto impacto habrá grandes pérdidas de energía por el camino?
- Bueno, a ver, lo de las pérdidas es así, pero tenemos que abogar por un mercado único energético europeo y, para eso, las interconexiones gasistas de hidrógeno, de oleoductos y de electricidad tienen que existir.
- En 2011, cuando Patxi López era lehendakari, señaló que el suelo de Álava contenía gas suficiente para abastecer al País Vasco durante sesenta años, pero diez años después, en 2021, el proyecto fue descartado. ¿Se ha convertido el ‘fracking’ en un tema intocable en Euskadi?
- Cuando se promovió la Ley de Cambio Climático y Transición Energética en el Estado, que prohíbe taxativamente toda exploración y explotación de cualquier yacimiento de petróleo o de gas en el territorio español, se cerró ese debate y no me corresponde a mí abrirlo.
- Sin embargo, el Gobierno vasco extrae gas en La Rioja, ¿cómo define esa actuación en el territorio vecino?
- Sí, lo que pasa es que esa ley afecta a las explotaciones futuras a partir de su fecha de aprobación, pero no a aquellas explotaciones ya concedidas. Por eso, la explotación de La Rioja no se ve afectada, porque cuando se promulgó esa ley estábamos con la fase de tramitación ya iniciada.
- Pero ¿qué hay de la autorización recién solicitada hace unos meses para abrir un segundo pozo en la localidad riojana de Sotés?
- Sí. En La Rioja se aprobó la explotación de cuatro pozos mediante una concesión de 30 años. Se hizo el primer pozo y ahora se ha obtenido autorización para perforar el segundo pozo, ya que, aunque ya se había pedido la autorización para ese segundo pozo, no se llegó a perforar en tiempo y por eso se pidió una prórroga, de modo que ahora se puede perforar en el momento en el que se considere oportuno.
- ¿Pero no es un poco contradictorio que, por un lado, tengamos una ley que impide hacer explotaciones, pero se pida una prórroga para poder hacer un segundo pozo?
- No, no es una contradicción, porque el Ministerio para la Transición Ecológica no te puede decir que no a una cosa para la que ya te ha dado autorización. Ahora sólo se trata de la tramitación administrativa exigida dentro de esa concesión, ya que cada vez que vas a realizar una nueva perforación tienes que hacer una solicitud de autorización y trasladar todas las condiciones de esa perforación, que será extracción convencional, en ningún caso mediante fracking o fracturación hidráulica.
- Tenemos el Corredor Vasco del Hidrógeno y desde Euskadi estamos intentando posicionarnos en su versión renovable, pero es verdad que hay voces que apuntan a que con el elevado precio de la electricidad el hidrógeno puede que no resulte rentable de aquí a muchos años, ¿qué evolución pronostica para el hidrógeno verde? ¿Vamos a poder subirnos al tren del hidrógeno verde o es una energía fallida por las dificultades técnicas que conlleva su transporte y almacenamiento, así como su elevado coste a día de hoy?
- Si realmente se quiere apostar por un hidrógeno verde, para que ese hidrógeno verde sea competitivo hace falta, por una parte, que haya una gran cantidad de energía renovable instalada, de tal manera que cada vez la electricidad sea más barata. Porque si la electricidad es cara, el hidrógeno va a ser caro.
Además, hace falta desarrollo tecnológico. Es decir, nos hace falta la implantación de mucha energía renovable. También es necesario, a través de la investigación y la innovación, desarrollar la tecnología de tal manera que esa molécula de hidrógeno que obtenemos la obtengamos de una manera eficiente, lo que hará que los costes se reduzcan. Y luego, lo que nos hace falta es materializar proyectos que apuesten por la generación de hidrógeno verde para que cada vez haya más consumidores de ese hidrógeno verde, generando, en definitiva, un mercado del hidrógeno.
- Queda un largo camino por delante entonces…
- Bueno, aunque aún queda un largo trayecto hasta que ya haya un conocimiento muy exhaustivo de esta energía y que la tecnología sea eficiente, ya se están dando pasos. Ya tenemos un electrolizador de 1 megavatio en Petronor y estamos trabajando en el electrolizador de 10 megavatios.
- Pero el de 100 megavatios sigue en ‘standby’, tal y como alertó el presidente de Repsol, quien reclamó un marco jurídico estable que asegurase la inversión.
- El de 100 se ha quedado en ‘standby’, sí, pero el paso intermedio, que es el de 10 megavatios, va para adelante. Lo mismo con las hidrogeneras, pues ya hay un tubo que traslada el hidrógeno de Petronor al Parque Tecnológico de Abanto y estamos trabajando para instalar más. Y por qué no hablar también del consumo de hidrógeno en nuestra industria, que requiere de un consumo intensivo de gas natural y que en algunos procesos industriales no puede ser sustituido por la electricidad. Es ahí donde creemos que el hidrógeno va a jugar un rol importante.
- ¿No pone en duda entonces el desarrollo del hidrógeno verde en Euskadi?
- No. Poco a poco va creciendo, pero, como he dicho al principio, las cosas no se hacen de la noche a la mañana. Entonces, el hidrógeno sí irá adquiriendo peso en la medida en la que vayamos instalando más energías renovables.
- Y en cuanto al sector del transporte y su electrificación, hemos visto por primera vez este mes que han aumentado las matriculaciones de vehículos eléctricos e híbridos, superando por primera vez a los vehículos de combustión, alentados por las ayudas del Plan Moves III que acaba de anunciarse su renovación hasta mayo de 2024. ¿Hacen falta más ayudas en Euskadi, como el descuento del IRPF que disfrutan en otras comunidades, para incentivar la compra de estos vehículos?
- Sí. El vehículo eléctrico ha venido para quedarse, y bueno, por una parte, están las medidas fiscales que se pueden ir adoptando y, por otra parte, las ayudas a la compra del vehículo. Y yo creo que para que el vehículo eléctrico esté normalizado ya en nuestras carreteras y realmente la ciudadanía podamos adquirir esos vehículos, también se tiene que dar que el precio del vehículo eléctrico sea cada vez más atractivo, porque a nadie nos sobra el dinero para gastarlo en tecnologías más caras.
Eso sí, también hay que tener en cuenta que con el vehículo eléctrico se da la circunstancia de que sí, que a la hora de la compra nos gastamos más dinero, pero luego hay que ver la vida que tiene ese vehículo eléctrico en cuanto a su mantenimiento, que es bastante menor que lo que gastas en el mantenimiento de un motor de combustión, y el gasto de combustible, pues es mucho más barata la electricidad que los derivados del petróleo. Entonces, también hay que tener en consideración esos dos factores.
Yo creo que todavía esas ayudas al vehículo eléctrico van a perdurar, estoy convencido y, si bien a mí no me compete establecer incentivos fiscales, sí veo con buenos ojos que los haya.
Fuente: Crónica Vasca 1, Crónica Vasca 2
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